(Juan Carlos Villamizar – Prensa VUC).- Ya el año 2017 está cerrando y, si no ha sido el mejor para el árbitro de béisbol Emmanuel Pérez, pues, está cerca de serlo. Sus logros personales y profesionales, han conllevado que el juez oriundo del estado Lara, disfrute la cosecha de todo lo que sembró.
Pérez, quien este mismo año recibió el ascenso a la Liga Venezolana de Beisbol Profesional y, ahora pertenece al staff de umpires de la liga, también recibió hace poco “la extraordinaria noticia” de que será papá; hecho que evidentemente catapulta el presente año como un calendario inolvidable, por ambos logros.
Desde muy chamo comenzó en el béisbol, pero nunca pudo conseguir es toque final que lo guiara al profesional, hecho que lo guio a las sendas de la formación. “Cuando dejé el béisbol probé como coach y estuve dos años laborando ahí, hasta que me hicieron la invitación a comenzar como umpire, sobretodo, porque lucrativamente era más rentable”, dijo Pérez, al rememorar los inicios de su carrera.
Al igual que muchos de los que hoy integran el grueso de umpires de la LVBP, él también es egresado de la Academia Venezuelan Umpire Camp. De la mano de Miguel Hernández, recibió su primer curso en su natal Barquisimeto, donde comenzó con los Fundamentos Básicos, y desde ahí algo lo enganchó con el arbitraje, hasta el sol de hoy.
Aunque tiene las herramientas que todo umpire profesional necesita, Emmanuel Pérez todavía anhela seguir creciendo en su trabajo, sobre todo en la parte teórica, que, asu juicio, no es su fuerte.
“Poco a poco voy trazándome metas, y trabajando para ellas. Debo también perfeccionar el inglés que es completamente necesario. Lo bueno es que cuando uno cree en sí mismo, los logros van llegando; no es fácil, pero poco a poco se ven los resultados”.
Luego de participar en la Liga Paralela y la Liga Colombiana de Beisbol Profesional, el salto al profesional llegó en este 2017; pero no todo ha sido color de rosa. En algún momento, tanto sacrificio, conllevó a que este joven pensara en desertar sobre su idea de convertirse en un juez.
“Cuando uno pasa tanto tiempo sin compartir con su familia, es difícil. Ahora que me dieron la noticia de que mi esposa y yo estamos esperando un hijo, me preocupé por esa razón, porque uno se sacrifica demasiado, pero es parte de este trabajo y hay que asumirlo así”, acotó.
El novel árbitro, para su tranquilidad, cuenta de manera incondicional con el apoyo no solo de su esposa, sino de toda su familia, razón que le permite seguir trabajando y embalarse de lleno a su máximo sueño… Convertirse en otro criollo más en llegar a la “Gran Carpa”.